domingo, 6 de octubre de 2013

Amigo, recuerda.

Si alguna vez te has enamorado, felicidades. Has sentido uno de los más grandes tesoros que puedes llegar a probar en la vida. Y lo lamento, has sentrido una de las mayores torturas que uno no puede controlar.

Aunque no lo queiero, aunque no lo pienso, y mucho  menos lo planeo, si alguna vez, por cualquier razón, yo huyo y salgo de tu vida, o me alejo, o si eres tú el que lo hace; de primeras, perdóname. Y no te olvides de mí. Por favor, por encima de todo, te suplico, que por favor te acuerdes mí, que lo hagas con cariño. Y que si hace falta, si mi recuerdo te daña, deja de quererme, deja de sentir cosas por mí... pero por favor, recuérdame y sonríe con los recuerdos.

Que pase lo que pase, incluso cuando alguno de los dos haya salido de la vida del otro y seguido adelante, eso nunca sería del todo cierto. Incluso aunque tú me odiaras, o yo te odiara a ti, cuando te haga falta, me tendrás ahí. Porque nunca vas a estar solo, da igual todo. Sólo llámame, y en tu puerta estaré.  Si te sientes solo, amargado, desolado, sin esperanza, agobiado, asustado... siempre tendrás una amiga al lado. Para aconsejarte, tratar de ayudarte, callar u escuchar, amar, abrazar, llorar, pasar un buen rato... Siempre me tendrás ahí.

Uno nunca sabe lo que puede pasar... pero si alguna vez pasase tal desgracia, espero que recuerdes mis palabras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario