martes, 17 de junio de 2014

Hecha polvo.

Y simplemente te quedas ahí, parado y sin decir nada. Congelando mi corazón, haciéndolo tan frío como lo eres tú. Tirándolo al suelo, haciendo que se rompa en mil pedazos. Pedazos que causaron heridas, pedazos que causaron profundo dolor: tanto como los cortes, las heridas y los recuerdos.
Y te alejas. Te alejas dejándome completamente desnuda. Y mi sangre y las heridas son lo único que cubren mi piel.
No queda esperanza, sólo dolor y un gran caos en mi interior.
Y vueles. Vuelves porque el asesino siempre vuelve al lugar del crimen. Y vuelves en forma de espejo, y muestras dolor, decepción y odio.
Pateas mi estómago y haces que los pedazos de mí se vuelvan polvo. Me dejas así, simplemente... hecha polvo.

martes, 10 de junio de 2014

Te escribo para decirte, amor, que me has salvado.
Que la oscuridad que había en mi vida, la has apartado. La has apartado y como si tuvieras el derecho a hacerlo, mi mundo has iluminado. Para decirte, amor, que tu sonrisa me ha atrapado.

¿Cómo fue? ¿Qué me hiciste? Pues después de tanto dolor, en un abrir y cerrar de ojos me has enamorado. Con tu dulce y suave, tan tierno, tu pensamiento, has acariciado mi alma y acelerado mi corazón.

¡Cómo si tuvieras derecho alguno a poner mi mundo del revés! Ahora, mi corazón late dependiendo de cuán cerca esté de mí tu cuerpo o tu hermosa voz. Eres el director de la composición más bonita, llamada "mi amor", aquella que suena dentro de mi pecho. Y la has hecho tuya. Y me has hecho tuya cual ladrón, robando los pedazos de mi corazón. Y trayendo de nuevo la vida a mí. Quédate, te lo ruego, ya que un futuro junto a ti es lo que quiero.