martes, 24 de septiembre de 2013

Titiritero

Te haces llamar titiritero y no sé si te das cuenta de que tú eres títere y titiritero de ti mismo. Tú manejas tus propias cuerdas; y a la vez, ves cómo te manejan. Y a veces desearías ser ahorcado por estas. Y a veces, tus manos se agotan de aguantar, no tu peso, tus miedos. Todo lo que hay dentro de tu cabeza. Todas esas cosas a las que te enfrentas, esas cosas que te comen y dejan desesperanzado.
¿Y por qué no pides ayuda? Porque el show debe seguir adelante. ¿Y cómo seguirá adelante si el protagonista muere en sus propias manos? 

Y, ¿ves la ilusión de los niños? Titiritero, es gracias a ti. Porque, el efecto mariposa lo hace así. Si ellos no hubieran venido a tu show, no hubieran apreciado muchas cosas gracias a ti. Porque crees que ellos lo ven de un modo egoísta, y posiblemente sea así. Pero muchos saben que tú estas ahí, detrás de todo este show lleno de misterio y secretos, cosas que ocultar, magia y miedo, sentimientos…

¿Y quién soy yo para hablar? Tan sólo alguien más. Alguien como tú. La diferencia es que yo estoy en el público, y no puedo ver todo el trabajo, no puedo ver las razones de por qué el titiritero empezó con esto, no puedo ver los trucos, ni qué cosas terribles guardarás en tu cerebro, o lo mal que te sientes con todos esos sentimientos que desconozco. Tan sólo veo desde fuera, y aprecio lo que haces. 

Tú, junto a tus inseguridades. ¿Quién iba a quererte, aceptarte, pensar que vales la pena? ¿Quién te iba a querer en su vida, quién iba a necesitarte, o sentir que eres alguien importante?
No aceptas que hay gente que te quiere y acepta, que piensa que vales la pena, que te quieren en su vida, que te necesitan o que eres importante ellos, sólo porque tú no lo haces. Y, si lo hicieras, verías que eres más de lo que la gente dice que eres.

Deja de cargar con cosas que no te pertenecen, pues tus monstruos ya son lo bastante rudos y pesados, ¿no crees?
Algún día, deberás ir tras uno de esos niños y pedir que te devuelva la sonrisa que tú le proporcionaste. Pues tú eres más humano de lo que crees. Querido Titiritero, olvidaste lo que era actuar por entretenimiento y por el placer que te provocaba hacerlo, para ver cómo los demás sonreían. Sé egoísta, sé tú mismo. Pide ayuda, pues siempre habrá alguien que quiera intentarlo.

Manejando esos hilos con esa gracia tan tuya, ganaste queriendo o sin querer los corazones de críos que siempre querrán estar ahí para ti. Que no te juzgarán, y que a lo mejor valen la pena, que no quieren dañarte. Ya que, tienes miedo a dañarte y ser dañado, y el único que te dañas eres tú.

El show debe continuar, el telón se ha de cerrar, y tu sonrisa se quebrará. Y te quedarás solo, ya que la gente habrá marchado. Y no podrás dormir por culpa de tus pesadillas, y trataras de pensar en que mañana esos niños volverán.
Y esos niños no dejarán de pensar en volver, en imaginarte sonriendo. Y yo estaré ahí, entre la multitud.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Pequeña reflexión.

-¿Qué sientes?-preguntó.

-Miedo, dolor, inseguridad, horror, asco, impotencia...-contesté con la cara empapada por mis lágrimas.

-¿Y no quieres cambiar eso?

Aquella voz me tenía realmente atemorizada, ¿qué quería de mí?

-Por supuesto que quiero..

-Pues confía en mí. No te voy a hacer daño. Esto sólo va a durar un tiempo. -me dijo.

-Pero... ¿qué es lo que tengo que hacer?

-Tú sólo escucha mis palabras, mis consejos, mis ordenes... todo acabará tal y como tú deseas. Sólo agarra mi mano y sígueme. Yo te guiaré.




La chica, asustada, sin esperanza y sin nada de amor de los demás y menos de ella misma, se agarró a aquello que creyó que le iba a llevar a la perfección. 
De llamarla gorda, la empezaron a llamar loca. ¡Hipócritas! Este mundo está lleno de ellos. De reírse de ella, a llorar por su pérdida.

lunes, 9 de septiembre de 2013

¿Magia?

Le abracé. Le abracé como si quisiera unir nuestros cuerpos. Le abracé como si abrazándole no fuera a marcharse nunca de mi lado. Estaba muy emocionada; era como aquél sueño que tantas noches había nacido y muerto después en mi imaginación. Pero esta vez era real.
Mi corazón iba rápido, muy rápido. Además, parecía que el tamaño había aumentado.
Acaricié su pelo como muestra de cariño, mientras simplemente estaba ahí, mirando su precioso y adorable rostro. Después de mirarle por unos segundos, mis ojos acabaron parados en los suyos. Mirándolos, sintiendo un cosquilleo terriblemente agradable.
"Te quiero." Conseguí decir antes de cerrar los ojos y empezar a besarle. Dentro de mi había un enorme y agradable alboroto.
Nunca me había sentido así, tan... Tan feliz, tan infinita, tan ilusionada, tan emocionada... y nunca me había sentido tan nerviosa. Y nunca había sentido tanto amor ni nada tan increíble como aquello... Mientras le besaba tan tiernamente y jugaba con mis dedos acariciando su cabello.
Simplemente fue mágico...