martes, 15 de octubre de 2013

Cosas desordenadas.

Vengo a decirte que, después de todo, no sé si realmente te conozco tanto como ambos creíamos.
Vengo a decirte que, después de todo, a lo mejor tú tampoco me conociste a mí; al menos, no lo vi así.
Vengo, a decirte que después de todo, yo nunca te quise. Yo siempre te amé. Es más... Yo te amo.

Después de todo lo pasado y vivido, después de todos los recuerdos, que ojalá no queden jamás en el olvido, no sé lo que quiero. No sé lo que hago, no sé nada de nada. Pero "nada" ya es algo, y mi algo es un caos. Después de todo lo luchado, sabiendo que yo fui culpable, quise ir a demostrarte cuán grande era mi amor. Tal vez eso no te importó. O sí, o no lo sabías. Y sé que no fue fácil para ninguno de los dos; pero creo que yo dejé mi piel y mis huesos, y acabé convirtiéndome en ruinas. Después de lo perdonado, después de lo amado, después de todos los planes... después de todo, no sé qué quiero. No sé si lo que quiero es seguir... porque, ¿quién me dice que esto es seguro, si no eres tú? Y tú no dices nada, y mi corazón, aquél al que tú alimentabas, aquél, rojo y vivo como una rosa, acabó marchitando, acabó haciéndose pequeño y oscuro; acabó congelándose. Y tal vez ese sea mi problema; que me congelé en aquél momento en el que tanto te amé.

Vengo a decirte, lo merezcas o no, que después de todo, yo te amo. A decirte, lo merezca o no, que... cómo me hubiese gustado que tu me amases... O que me quisieses, sólo un poquito... que lo demostrases... Cuando te necesité... Cuanto te necesito...
Vengo a decirte, que estoy hecha pedazos; que aunque no eres tú el gran motivo, me hubiese gustado tenerte conmigo... Me hubiese gustado recibir un poquito de tu amor.... sin embargo, lo único que recibí fue tu distancia, tu ausencia, y tu ignorancia...
Vengo a decirte, que me hubiese gustado envejecer a tu lado... que quiero hacerlo. Quiero vivir contigo hasta que mis días terminen... y sin embargo, no parece que eso vaya a ser posible...

No hay comentarios:

Publicar un comentario