martes, 26 de febrero de 2013

Frío.

Su rostro era pálido, su cuerpo era débil, y a penas le quedaban fuerzas, aunque ella era mucho más fuerte de lo que alguna vez había creído.

Llevaba mucho tiempo luchando, demasiado. Había permanecido sorda durante demasiados años. Pero, cuando las palabras empezaron a causarle daño, a clavarse en ella, fue cuando realmente todo se le vino abajo. Ellos no la cegaron pero sí cambiaron totalmente todo lo que ella podía ver de si misma.

Cada paso que ella daba, le hacía ver lo débil que estaba. Ella notaba su cansancio, su falta de fuerzas. Cada paso que daba, cada día que pasaba, ella no sabía dónde ir, no sabía qué hacer. La monotonía la tenía consumida. Su cerebro, dañado por las palabras clavadas en su interior, le hacían cada vez más daño, y mirarse al espejo no hacía más que apretar, que asfixiar, y lentamente asesinar. 

Se sentía muerta, sola y sentía frío.

Ella sentía que no era lo suficiente, que hiciera lo que hiciera, luchara por lo que luchara, su vida no valía la pena, que no tenía sentido. Tan desgraciada, tan sola, tan imperfecta, ¿quién iba a quererle?

No se valoraba lo suficiente, y ella en lo único que pensaba era en la muerte. ¿Y quienes fueron los culpables de todo aquello? Los mismos que un día esa muchacha llamó "amigos".

jueves, 21 de febrero de 2013

Querida alma viajera inexistente.

Arráncame la piel como si de malas hierbas se tratara, mátame, fusílame, mutílame, córtame entera y no dejes ni una sola parte de mi cuerpo sin herir, llévate TODO lo que hay dentro de mí, pero por favor te pido alma viajera inexistente, que dejes de vagar por mi mente, querida alma viajera inexistente, devuélveme mi corazón, porque ya no sé que es amar, porque aún te sigo amando, y este "amor" DUELE, duele más que todo lo que te pedí que me hicieras, querida alma viajera, desaparece de mi mente y de mi vida...
Te llevaste mi vida entera al irte....

domingo, 10 de febrero de 2013

Princesa.

["Hacía mucho que no estábamos juntas. ¿Recuerdas?" Dije en mi cabeza.]


Estaba en frente del espejo, totalmente desnuda, con la cabeza hacia abajo. Crucé mis brazos para así sentirme algo acompañada, como si me estuviera abrazando a mi misma. Sentía miedo. Poco a poco, iba levantando la cabeza, empecé a mover los dedos de los pies mientras miraba mi cuerpo en el espejo y sentía el frío del suelo.

Me quedé mirando mi reflejo. Podía ver en mis ojos que estaban llenos de miedo, estaban llenos de dolor.

Empecé a acariciar mi estómago mientras iba mirándolo en el espejo y en mi piel. Después, me puse a pellizcar y agarrar todo lo que sobraba en mi estómago. Estaba llorando. Aterrorizada y con mucho odio y dolor dentro.

Me puse a analizar mi cuerpo agarrando y pellizcando otra vez, sólo que dejé mi estómago y empecé a hacerlo con mis piernas, mis brazos y mi cara.

Me acerqué al espejo, puse mi mano en él, y mi reflejo actuó a la vez. Sentí que el espejo estaba algo frío.  Me miré a los ojos, y esta vez, no tenían miedo ni dolor, mas, estaban llenos de odio y rabia.

"¿Cómo van a quererte? ¿Cómo se va a fijar nadie en ti? Estás obesa, eres una inútil, eres fea. ¿Siendo así, crees que la gente cambiará? No. Tú has de cambiar. La culpa de que estés tan sola la tienes tú, la culpa de que todos te odien y te insulten la tienes tú." Pensé mientras miraba mi cuerpo en el espejo.

Me arrodillé en el suelo, llorando, completamente desconsolada. Hacía mucho que yacía muerta en vida. 

"¿Recuerdas lo feliz que eras antes? ¿Cuando te sentías tan vacía? Y sabes a qué me refiero."

Recordé aquél entonces, cuando cada día era para mi un juego. Cuando, el perder, era ganar. Perder peso era mi meta.

Me sentía completamente vacía, me sentía muerta, sola; sentía que, si marchaba, nadie notaría mi ausencia. 

Miré mis muñecas, miré las marcas de guerra contra mi misma. Esas cicatrices me demostraban lo fuerte que había sido, me enorgullecían. Pero ahora, era algo que no funcionaba... Ya no me sentía orgullosa de ello, sentía la necesidad de volver a hacerlo. 

Sentía demasiada rabia, demasiada ira, demasiado odio contra mi misma. Me agarré a la taza del inodoro, y con algo de miedo introduje dos de mis dedos en mi garganta.

Hacía mucho tiempo que no lo hacía. Me hizo sentir bien, más vacía, pero más llena de felicidad. Pero... todavía sentía un gran frío en mi interior, un enorme vacío, todavía me sentía muerta, gorda, sola... 

Me puse en pie y limpié para que nadie se diera cuenta de nada, tiré el papel al baño y tiré de la cadena. Sonreí satisfecha, limpié mis lágrimas con los brazos y miré de nuevo al espejo. Sintiéndome más débil, pero de algún modo, también más fuerte.

"Bienvenida de nuevo a mi, vieja amiga..."


martes, 5 de febrero de 2013

Eres la razón de mi vida.

Estaba sentada encima de sus piernas. Él tenía sus manos en mis caderas.
Ambos estábamos mirándonos los ojos. Acercó su cara a la mía, y sentí un cosquilleo por todo el cuerpo.

-Te has puesto roja- dijo riendo.

Le sonreí nerviosa y algo avergonzada.
Él me devolvió la sonrisa, pero no era una sonrisa ni nerviosa, ni de vergüenza. Era una sonrisa de satisfacción.

Puso una de sus manos en mi mejilla, mientras que estiró la otra, y me agarró por la espalda. Me acercó a él, y me besó. Sentí un cosquilleo por todo el cuerpo bastante agradable. Él hizo que me acostumbrara a eso que muchos llaman "mariposas en el estómago". Sonreí, aún todavía muy cerca de sus labios.

-¿Qué te pasa?-me dijo sonriendo mirándome a los ojos con mucha ternura.
-Estas estúpidas mariposas...-dije entre risillas. Mordí su labio.
-Cómo te amo, idiota.

Puse mi nariz en su nariz, le miré a los ojos.

-No tanto como yo a ti, precioso.

Cerré los ojos, mientras iba jugando con mi nariz y la suya, y con mis dedos, iba dándole suaves golpecitos en la espalda.

-Vaya dos idiotas estamos hechos, ¿eh?-me dijo después de besarme.
-Dicen, que a esto se le llama amor, que a esto se le dice "estar enamorado".

Le miré sonriendo. Me quedé mirando sus ojos, mientras ponía mis manos en su cabeza, y empezaba a acariciar su cabello.

-Me encanta...-susurró.
-Me encantas.-le contesté.

Fui a sus labios, y le besé. Volví a sentir ese cosquilleo, sonreí y volví a besarle. Podría perderme en su cuerpo, podría pasar mi vida con él, podrían quitármelo todo, menos a él, y yo seguiría tan feliz.

-No te vayas nunca de mi lado... porque si te vas tú, todo en mi vida perdería la razón.
-Nunca me iré, boba. Pues... tú eres el razón de la mía.
-¿Sabes qué pienso? Que la vida te ha puesto en mi camino porque así lo quiere el destino. Quiere recompensarnos a ambos, quiere que permanezcamos juntos para siempre, que nunca nos separemos.
-Te amo.
-No tanto como yo a ti.

lunes, 4 de febrero de 2013

Ni tú, ni yo.


Ella estaba mirando mis ojos fijamente.

Podía ver cómo, los suyos, se mostraban llenos de sentimientos,
podía ver cómo, la oscuridad de estos se tornaban algo, en vez de misteriosos, dañinos.
Su mirada me hacía daño.


Su pálida piel, hacía que su cabello y sus oscuros ojos, fueran muchísimo más bellos de lo que ya eran. Ella era hermosa, era tan hermosa que su belleza era dolorosa. Hacía que mi corazón se encogiera. 
Puso una de sus manos, en una de las mías. Bajó la mirada. Ella también sentía dolor, podía notarlo.

El silencio invadía la sala, me sentía vacío... Ella era la razón por la cual me sentía vivo, pero ahora...
Ella pasó sus manos por sus ojos. La miré, estaba llorando. La fuerte de los dos, había quebrado.

No quería perderla, no podía hacerlo... pero no podía hacer nada para evitarlo. Ella iba a salir de mi vida...  Eso me rompía y a la vez me llenaba de impotencia, raba y odio.

La abracé, y me puse también a llorar.

- Lo siento...-le susurré- De verdad que lo siento- mientras la acercaba más a mi.
-No lo sientas... Tú no tienes la culpa- dijo pegándose a mi- Ni tú, ni yo.

"Ni tú, ni yo"...

-¿"Ni tú ni yo"? ¿Y qué pasa con "Nosotros"?
-No quiero marcharme... no quiero que te vayas...

domingo, 3 de febrero de 2013

Amor.

Él ha sido la persona que más he amado, ha sido la persona que me enseñó a amar, a amarme a mi misma, a sonreír y olvidarme de todos mis problemas. Él me enseñó lo que era estar enamorada. Él me dio razones para sonreír cuando yo no las encontraba, él estaba en mi vida, y soñaba con que fuera para siempre el protagonista de ésta. Él me hizo más feliz, de lo que nunca había sido. Él es y era mi vida, aunque ahora nada sea como antes.

Intento ser feliz recordando los buenos momentos, intento soñar y hacer que todo vuelve a ser como antes. Pero luego vuelvo a la realidad, y me siento la persona más estúpida del mundo entero. 


En el momento fue lo que necesitaba, pero cada vez que miro atrás me arrepiento... Él tenía razón.

Y espero que sea feliz, porque lo amo, porque nunca me habían hecho sentir tanta felicidad en la vida, porque lo merece... Y sí, me encantaría ser yo quien le hiciera feliz, porque, yo sé que podría conseguirlo, yo sé como yo puedo amarle, pero no sé como lo harán otras personas... Y me matará de dolor ver y entender que él siguió con su vida, que él encontró a otra persona, pero tal vez así han de ser las cosas... Me matará de dolor verle con otra, pero me mataría más verle sufrir por otra. Me mataría verle mal, me mataría verle sufriendo. Y me encantaría estar a su lado, amándole cada minuto, cada segundo, y cada momento de su vida, ayudándole, haciéndole feliz... y que con cada cagada, hacer que mi orgullo muera e ir a él y pedirle perdón, decirle lo mucho que lo amo. Me encantaría poder verle cada día de mi vida, hacerle sonreír, hacer cualquier estupidez por verle sonreír, y vivir con y por él.


Mi mayor deseo es que nunca le hagan daño, porque todo lo que él es, todo lo que él ha hecho... por eso quiero ser yo, la que permanezca en su vida para siempre, la que cuide de él,... Ahora me arrepiento. ¿Es demasiado tarde, verdad?


Sé que siempre le amaré, será verdad eso que dicen "El primer amor no se olvida". Siento que en un futuro mis sentimientos no cambiaran, que yo siempre estaré para cualquier cosa para él... tal vez él siempre será mi primera opción, mi prioridad...


Que sea feliz, que haga todo lo que siempre ha querido que hacer, que visite todos los lugares que siempre quiso visitar, que no me olvide, que no olvide que yo siempre estaré aquí para él... Que yo siempre le amaré.