No tengo nada, lo perdí todo.
Recuerdo haber tenido un padre, y una madre, ya hace tiempo.
¿Pero de quién eres hijo cuando no te quiere ni el viento?
Me acostumbré a caminar por cualquier bordillo o precipicio,
siempre esperando la muerte detrás de cualquier cuchillo.
¿Y qué te queda cuando ya no queda ninguna botella?
Pégate un tiro y enhorabuena.
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